miércoles, 16 de octubre de 2013

LOS PADRES EN LA PSICOTERAPIA INFANTIL

Los niños son traidos por sus padres a la consulta. Son ellos los que toman esa decisión y no es fácil tomarla. Muchas veces los indicadores son aislados y esto hace que nunca llegue esa decisión. Confiando siempre en que cuando crezcan se les pasará, en que el tiempo jugará a favor de todos. Muchas veces no es así. Cuando tenemos delante un niño triste o que pierde el control o con impulsividad o que se opone a todo y a todos o que ha sufrido traumas estamos perdiendo un tiempo precioso si no acudimos al especialista. Además en España nos encontramos con un sinfin de prejuicios populares acerca del quehacer y efectividad de un psicólogo lo cual impide aún más el decidir llevar al niño al psicólogo para gran perjuicio de todos por cierto. Cuando nos duele algo vamos al médico ¿no? ¿Por qué cuando necesitamos orientación en el trato con nuestro hijo/a no solemos hacerlo? Cuando yo me separé (una situación de duelo para los niños) lleve a uno de mis hijos a la magnífica terapeuta Ana Maria Stalder, mi maestra en terapia de teatro de guiñol. Fué mano de santo para él y para mi también pues su sufrimiento se relajó. El niño encontró una vía de expresión que conmigo no podía tener puesto que yo formaba parte de su problema. 

Cuando tengo delante a los padres mi trabajo consiste en hacerles saber QUÉ SIENTE TU HIJ@. Porque esta es la base del comportamiento de los niñ@s, lo que sienten. Como no saben contárnoslo (como tantos adultos) es necesario inferirlo de sus teatralizaciones, de sus dibujos, de sus juegos espontáneos. En las sesiones también se producen verbalizaciones claves sobre ellos mismos que también cuento a los padres. Sin embargo si el niño o niña me pide durante la sesión que no les cuente algo que ha dicho o hecho el código de terapeuta me hace guardar el secreto salvo en los casos de amenaza a la integridad física o psíquica del niño. Trasladar los sentimientos del niño a través del simbolismo y significado de los juegos, teatros y dibujos es fácil pero que los padres puedan aceptarlos sin sentirse juzgados en su quehacer parental, a veces, es difícil. Yo aconsejo a los padres que se sitúen en el punto de vista del observador, con cierta distancia, como si estuvieran viendo una película. Y soy muy gráfica también, representando partes claves, resaltando todo lo que nos lleve a comprender que está moviéndose en el interior del niñ@. Suelo hacer un resumen escrito con frases llave que los padres se llevan para que puedan volver a él en caso de dudas, olvidos o necesidad de concreción. 

Nuestro objetivo común es el niño. Hay muchos aspectos relacionales que pueden optimizarse entre los padres y el niño/a. Como padres intentamos hacerlo lo mejor que podemos y sabemos. Como hijos, sabemos que no siempre nuestros padres han hecho lo que ha sido mejor para nosotros aunque esa fuera su intención. Facilitar la comprensión de los padres hacia la idiosincrasia del hijo es necesario para poder avanzar más en la terapia. La alianza entre el/la terapeuta y los padres es muy importante.

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