lunes, 29 de octubre de 2012

Qué son y para qué sirven las emociones

Las emociones son fenómenos multidimensionales. Es decir son procesos que afectan a varias dimensiones al mismo tiempo:
1- En el terreno de lo biológico se producen reacciones fisiológicas como palpitaciones, sudoración, etc. Estos cambios fisiológicos preparan al cuerpo para la acción. Por ejemplo en el caso del miedo el cuerpo se prepara huir.
2- En el terreno del pensamiento o de la cognición se produce un análisis y una valoración subjetiva de la situación en función de la historia personal.
3- En lo social, las emociones van acompañadas de una expresividad universal como especie, independiente de lo cultural. Sin embargo la cultura si afecta a los modos de esa expresión. 

Las emociones se han ido desarrollando a lo largo nuestra filogenia (proceso evolutivo desde las primeras formas de vida hasta nuestra especie, el Homo Sapiens):
Hace 200 millones de años tenemos el cerebro reptilíneo: la región más primitiva, el tallo encefálico, en la parte superior de la médula espinal que regula las funciones vitales básicas como la respiración, el metabolismo de los órganos corporales y las reacciones y movimientos automáticos. En definitiva, se trata de un conjunto de reguladores programados para mantener el funcionamiento del cuerpo y asegurar la supervivencia del individuo. La raíz más primitiva de nuestra vida emocional radica en el sentido del olfato, en el llamado lóbulo olfatorio.
El cerebro mamífero se encuentra  alrededor del tallo encefálico a modo de rosquilla y es el sistema límbico (del latín “limbus” que significa “anillo”) que supuso la incorporación de las emociones propiamente dichas al repertorio de respuestas del cerebro. Se incorporan dos poderosas herramientas: el aprendizaje y la memoria que permitieron ir más allá de las reacciones automáticas predeterminadas y afinar las respuestas para adaptarlas a las cambiantes exigencias del medio, favoreciendo la toma de decisiones más inteligente para la supervivencia.
Finalmente hace unos 100 millones de años, comienza a desarrollarse el neocortex o cerebro del Homo Sapiens, que permitió el desarrollo del pensamiento, de la conciencia, de la civilización, del arte y de la cultura. Este nuevo estrato cerebral permitió comenzar a matizar la vida emocional, por ejemplo establecer el vínculo madre-hijo. El neocortex permite pues un aumento de la sutileza y la complejidad de la vida emocional dotando de flexibilidad al sistema social complejo humano.




"Aun tenemos en nuestras cabezas estructuras cerebrales muy parecidas a las del caballo y el cocodrilo", dice el neurofisiólogo Paul MacLean, del Instituto Nacional de Salud Mental de los EE.UU.

Por lo tanto, las emociones sirven para asegurar nuestra supervivencia. En su función adaptativa, preparan al organismo para la acción; en su función social comunican nuestro estado de ánimo a los demás favoreciendo el apoyo social y en su función motivacional facilitan las conductas motivadas para la consecución de nuestros objetivos. 

Como me he propuesto no escribir entradas muy largas sólo quiero terminar diciendo que, por lo tanto, no existen emociones positivas ni negativas, términos que se ven constantemente hoy en día. Lo que existen son emociones y todas son necesarias y tienen su utilidad. La cuestión es aprender a manejarlas, expresarlas y aceptarlas para la convivencia pacífica y común. 
Asi que dejemos a nuestros niños y niñas llorar y enfadarse si lo necesitan y no nos lo tomemos como algo personal sino como una expresión sana y necesaria de lo que les ocurre por dentro. 
En la siguiente entrada hablaremos de cómo funcionan sobre emociones

viernes, 19 de octubre de 2012

REFLEXIÓN


Y una mujer que estrechaba una criatura contra su seno dijo:
Háblanos de los hijos. Y él dijo:

Vuestros hijos no son vuestros hijos. Son los hijos y las hijas del anhelo de la vida por perpetuarse.

Llegan por medio de vosotros, pero no de vosotros, y, aunque, están con vosotros, no os pertenecen.

Les podéis dar vuestro amor, pero no vuestros pensamientos, porque ellos tienen los suyos.

Podéis acoger sus cuerpos, pero no sus almas, porque sus almas moran en la casa del mañana, que no podéis visitar ni siquiera en sueños.

Podéis esforzaros en ser como ellos, pero no tratéis de hacerlos como vosotros.

Porque la vida no retrocede ni se detiene en el ayer.

Sois el arco por el cual vuestros hijos son disparados, como flechas vivientes.

El arquero ve la diana en el camino del infinito, y con su fuerza os doblega para que vuestras flechas vayan raudas y lejanas.

Dejad que vuestra tensión en las manos del Arquero sea una alegría; pues de igual manera ama Él la flecha que vuela, como ama también el arco que se tensa.


KHALIL GIBRAN
El profeta

jueves, 18 de octubre de 2012

Psicoterapia con teatro de títeres


¿Qué es la Terapia de Teatro de Guiñol?

En la terapia de teatro de guiñol se utilizan títeres como medio terapéutico. A través del juego con títeres y con requisitos (objetos de la vida diaria y del mundo de los cuentos tradicionales) la persona representa su situación vital, lo que le permite experimentar y repasar sus situaciones de conflicto. Así afloran sentimientos básicos como la alegría, la tristeza, la ira, el miedo, el desamparo, pudiendo ser experimentados y abordados conscientemente para poder ser aceptados y/o cambiados.

Este enfrentamiento lúdico con el problema inicia un proceso psicológico que es observado, acompañado y guiado atentamente por la terapeuta. De esta forma, la persona tiene la posibilidad de entender las situaciones que le provocan conflicto, asi como de probar distintas formas de resolverlas.